Los pies en la cabeza
Siempre es bueno
tener los pies en la cabeza,
dice mi taita,
para que tus pasos nunca sean ciegos.
Sólo a ese lugar debes ir
Presta bien atención, dice mi Taita;
debes llegar a la tierra
donde te esperan;
si alguna vez pisas lugares
sin que nadie te haya invitado
habrás violado la inocencia de esa tierra
porque es sagrada,
y te habrás sumergido
para envenenar el agua
que sólo a los que allí viven, baña;
te habrás inmiscuido
en lo que no te concierne.
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